martes, 10 de octubre de 2017

Diario del Curso de Terapia Reflexo Facial - Lima, Perú. sep/2017 - segunda entrega

   Día dos.
Todos tenemos la inclinación a mostrar nuestro mejor perfil, el mejor atuendo, la sonrisa más franca. Unas veces para agradar otras para ser aceptado, o por el simple placer de sentir que mi trato hace sentir bien a otro. Expresar solo lo bonito es un modo de omitir lo menos bonito, como dice una canción: “si la historia la cuentan los que ganan eso quiere decir que hay otra historia…”

Durante los treinta años en los que trabajé como fotógrafo publicitario, dedique unos diez años a la docencia enseñando desde los lineamientos básicos de la fotografía hasta conceptos más complejos sobre técnicas de composición e iluminación. Trabaje con adolescentes y adultos compartiendo todo lo aprendido sumado a mis experiencias personales. Siempre bajo la misma consigna: “nada se guarda bajo la manga”, todo es para todos. 

Pues la experiencia muestra que hay quienes absorberán vorazmente la información recibida de forma rápida aplicándolo de igual modo en sus prácticas. Otros procesan lo recibido más lento, analizando cada dato, cuestionando y comprobando para así afianzarlo internamente. Sentir de este modo que lo aprendido les es propio, que corre por sus venas. Hay quienes necesitan más tiempo aun, ya que enfrentan sus propias sombras, sus limitaciones, el confrontar el esfuerzo como parte del aprendizaje y que para: “soplar y hacer botellas” hay que practicar muchas veces sobrellevando la frustración del error. De descubrir que tragarse el orgullo es un trago mucho menos amargo de lo que imaginaban.

Cada sistema de trabajo en la Terapia Reflexo Facial tiene una técnica de masaje. Esto hace al resultado y al esfuerzo para aprenderlo. El masaje del Sistema Nervioso tal vez lleve la delantera en esto. Para realizarlo se debe ejercer el más ligero roce sobre la piel con un movimiento rápido de los dedos y avanzando muy lentamente y, obviamente, como ambas manos a la vez. Resulta fácil decirlo y lo mismo ocurre cuando se lo ha practicado varias veces. Al comienzo, cuesta.

Estas modalidades de trabajo en un curso de varios meses van decantando lentamente; la posibilidad de corregir errores surgidos de las practicas afianza la técnica. En un curso intensivo de cinco días es sumar una información nueva y diferente cada día.
Se positivamente que en los cursos intensivos se perderá información en el camino, que habrá adaptaciones y reajustes de lo aprendido, tal vez hasta surja un “nuevo método”. Mi deseo es que al llevarlo a la práctica, al percibir los estímulos que provocan y las reacciones consecuentes, descubran como realizarlo cada vez más correctamente e incorporar las propias manos relajadas como parte de la danza del masaje.



Vivimos poniéndole la cara a la vida, entonces regalémosle una caricia estimulante que movilice tanto esfuerzo, que ablande la coraza protectora y posibilite conectarse con el resto del cuerpo. Este es uno de los motivos por los cuales los masajes están presentes en esta terapia.







Muchas fueron las sorpresas de los participantes del curso al comprobar las diferentes reacciones tanto al trabajar como al recibir las técnicas. Desde registrar extrañas sensaciones por el cuerpo, movimientos “como de electricidad” por brazos o piernas, hasta despertarse con estados como de post-borrachera. Cosas que se descubren y aprenden con la reflexología…



Ernesto Reich, Reflexólogo Holístico/Instructor.
Director de la Escuela Holística Argentina de Terapia Reflexo Facial.

Segunda de cinco entregas.

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