lunes, 7 de abril de 2014

El cuello, esa simple parte del cuerpo que conecta...


Torre sobre la que observas,
Púlpito desde el que proclamas,
Soporte donde alojas la recepción de los sonidos,
Canal de tus sensaciones y emociones,
Tronco desde el cual floreces…

El cuello, esa simple parte del cuerpo que conecta la cabeza con el tronco. 
Área en donde se cuelgan alhajas o tejidos, y gran parte de las tensiones. Espacio de comunicación entre nuestros pensamientos y el resto de nuestro cuerpo.  
Estructura móvil que nos habilita a direccionar nuestra mirada en distintas direcciones. Continente de vasos sanguíneos y linfáticos, de glándulas, estructuras óseas y músculos variados. 
Receptáculo de nuestro sistema de fonación, a través del cual nos comunicamos; y de la tiroides, quien regula nuestro metabolismo.  
Pasillo por el cual circulan nuestros nutrientes, el aire y los alimentos. 
Muralla que detiene todo aquello que, desde el cuerpo, no debe llegar a la cabeza o, pensamientos que no necesita el cuerpo.  
Esa simple parte expuesta a tantas disfunciones.

Uno de los primeros lugares donde depositamos tensión en nuestro cuerpo es el cuello. Existen señales que son indicadores claros de que algo ocurre. Entonces, comencemos por observar nuestra postura corporal. 
Hombros encorvados como cubriéndonos, la cabeza agachada en actitud de pesadez o resignación, se achica el espacio del cuello levantando los hombros casi apoyando la cabeza sobre ellos. 


El Cuello es la parte del tronco que une la cabeza al tórax.
Sus límites están dados,  en el borde inferior,  por el borde superior del esternón y las dos clavículas en el frente del cuerpo, y en la espalda a la altura de la apófisis espinosa de la 7° vértebra cervical.   
En el borde superior,  por la parte inferior del maxilar (inferior), la articulación temporo-maxilar, la apófisis mastoidea, y el borde de la protuberancia occipital externa.
Desde la superficie hacia el interior de cuerpo encontramos la piel, los músculos, las fascias, los huesos y los órganos.
Pero además, el cuello es canal de transito de los sistemas circulatorio, linfático, nervioso, endócrino, digestivo y respiratorio.

Toda la información que reciben los órganos de los sentidos del medio externo y re-trasmite en directivas al medio interno circula “por la autopista” del cuello.

Cuáles son las posibles disfunciones que podríamos encontrar?
Contracturas, edemas, disfonías, laringitis, faringitis, hipo/hipertiroidismo, tensión, sensibilidad a las temperaturas, enrojecimiento de la piel, etc.
Todo aquello que es parte del cuello o, por algún motivo, se ha alojado allí.

Que reflexiones podemos hacer al momento de orientar las causas o generar prevenciones:

§ ¿Molestias o dolor de cabeza, cuello o espalda?

§ ¿Esfuerzo muscular o golpe en la cabeza o el cuello?

§ ¿Presiones emocionales en el trabajo o en casa?

§ ¿Hay consciencia de las posturas corporales habituales?

§ ¿Se practica algún ejercicio físico?

§ ¿Se realiza un chequeo anual de su estado corporal-orgánico, de dentición?

§ ¿Ejerce presión en sus mandíbulas (bruxismo)?

§ ¿Padece de ruidos internos en los oídos (tinnitus)?

§ ¿Problemas en articulaciones, circulatorios, endocrinos?



Acompañemos a nuestros consultantes es sus procesos de cambio.
Ernesto Reich, Reflexólogo Holístico/Instructor.
Director de la Escuela Holística Argentina de Terapia Reflexo Facial.