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¿Puedes expresar tu emoción… sin expresarla desde la emoción? (Desde la angustia, el enojo, desde el miedo)
Cuando
la emoción gana espacio dentro nuestro perdemos el control. Todo nuestro ser,
nuestro cuerpo se siente como poseído. Hasta llegamos a expresar palabras ajenas
a las que habitualmente utilizamos. Incluso, actuar físicamente, agrediendo.
Al
expresarnos desde la emoción es la energía de la emoción la que domina la
situación. Es la bronca, la envidia, el miedo, la tristeza entre otras las que
hablan por nosotros. En consecuencia, nuestro comportamiento, el dialogo que
adoptamos se contamina de juicios, criticas o reproches.
Necesitamos
que por sobre todo se comprenda lo que ocurre en nuestro interior, toda esa
avalancha que invade cada célula del cuerpo sea comprendida. Que algo o alguien
contenga aquello que nos expone al límite del desborde.
Perdemos
la perspectiva de la situación, hablamos y actuamos inconscientemente otorgándole
todo el control a las emociones.
¿Qué
alternativas tenemos para modificar esto?
Si
logramos detectar las emociones e identificar su nombre, la opción que nos
queda es utilizar la descripción de lo que sentimos.
Esto
nos permite tomar distancia y atenuar la ebullición interna.
Por
ejemplo, “Comprendes que tu actitud de haberte
comprometido con una tarea y haberte olvidado me enoja muchísimo…”
Otro,
“me siento muy triste y defraudado por la
actitud con la que me tratas, el tono de voz con el que me hablas…”
Si
logramos salir del lugar de estar a la defensiva para exponer claramente cuál
es nuestra visión de la situación, otorgamos a la otra persona que también pueda
expresar su parecer.
“a
mí me pasa esto….”, “este es el modo en que entiendo esta situación y me
provoca esta emoción….”
Como
todo cambio de actitud, implica un permanente ejercicio. Lograr percibir lo
que sentimos, como se llama y cuál es el mejor modo, para lograr comunicarlo si
generar una agresión.
Ernesto Reich, Reflexólogo Holístico/Instructor
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