Día
cinco.
La perseverancia se puede
confundir con obsesividad, pero está muy distante. Durante los cinco días del curso compartí, además de mis conocimientos y experiencias sobre el método de
trabajo de la terapia reflexo facial, muchísimos otros momentos de intercambio,
de los desafíos propios de comunicar y hacerse comprender, de risas, de silencios, de gastronomías varias, de consultas, de
abrazos, de bebidas espirituosas medicinales, de variados presentes.
Todo esto
y mucho mas hizo que mi regreso fuera de absoluto sobrepeso. Rebozaba de
gratitud, de muestras de cariño y atenciones, de cajitas de té, hierbas
naturales para diferentes dolencias y, bebidas destiladas especialmente para
elevar el espíritu.
Con el mismo humor que
describo estas líneas fue el clima reinante en el grupo de trabajo. Con humor,
calidez, participación, perseverancia ante la incomprensión de una consigna, y
la “mirada” de la Hna. Juana, recorrimos los cinco días.
El quinto día comenzó unos
minutos más tarde debido al almuerzo de despedida que habían organizado, ya que
mi vuelo salía temprano al día siguiente. Almuerzo bien servido y variado en el
que dejar de degustar algo era, con la licencia de la frase, un verdadero
“pecado”…
A tres meses de aquel
curso me surge reflexionar sobre el alcance que habrá producido en cada uno de
los participantes.
Ubicarse en un área
diferente de trabajo. De realizar el masaje de frente a los pies, ese lugar de “allá
abajo”, para pasar a estar frente al rostro. Enfrentar rostro con rostro,
exponernos ante la mirada directa del consultante recostado en la camilla.
Acostumbrarse a una nueva
topografía. Saltar de la planta del pie, área principal de trabajo, a un
territorio nuevo, el rostro.
Con espacios sobresalientes como la nariz, las
lomadas de los pómulos, hondonadas en los ojos o los escarpados superciliares
coronados por la curvilínea frente. Y en
la zona opuesta la grieta de la boca contenida por los labios, cercanos al
mentón. Una región nueva para incorporar
sumado al mapa de áreas reflejas correspondientes a la terapia facial.
Trabajar con ambas manos a
la vez. Estimular ambos hemirostros con masajes o presiones. Adaptar las
posturas de los brazos y manos adecuándolos al lugar a trabajar; estar más
atentos para evitar dañar las diferentes calidades de piel que cubren el
rostro, como la frente respecto de los pómulos, labios, parpados o el mismo
cuello.
Incorporar un nuevo toque,
un movimiento más suave y delicado, una presión en los puntuales más adecuada
al lugar. Registrar cada modo de masajear según el sistema de trabajo. El “zig-zag”
para el sistema muscular, el “avanzando en circulos” en los órganos, el “toque rápido
y sutil” para el nervioso o el “suave gusanito” para el sistema linfático.
Descubrir, sentir y
aceptar que el masaje y la presión suaves producen relajación, y la relajación
también sana. Los cuerpos para reorganizarse y sanar necesitan del estado de
reposo, muy diferente a la inmovilidad. Aliviar el estado de estrés es el
camino más saludable en cualquier proceso de restablecimiento.
Observar a cada
participante en el proceso de registrar sensaciones corporales y emocionales hasta
la expresión del rostro, principalmente luego de recibir la práctica hecha por
un compañero, era una escena muy sorprendente. De igual modo escuchar los
comentarios al día siguiente del curso sobre las experiencias vivenciadas
durante la noche. Los posibles cambios en el descanso o la simple sensación
diferente del cuerpo transitando la jornada. Hasta la Hna. Juana, siendo siempre
de buen dormir, comentó que tuvo una noche diferente y sueños varios.
Al igual que los recuerdos
de las vivencias pasadas, lo aprendido con el tiempo se modifica. Nuestra mente
los acomoda, los condiciona y los ajusta a nuestras conveniencias. Todo aquello
que altera nuestra idea de “cómo debemos” vivir la vida se va sutilmente
descartando hasta desaparecer. Pareciera que nunca existió o jamás nos lo fue dicho,
al punto de llegar a poner en tela de juicio a los instructores que impartieron
la enseñanza.
Por lo tanto, transitar un
curso intensivo de técnicas nuevas en todo sentido necesita un período de
decantación y es en este período donde pueden ocurrir las modificaciones de las
informaciones recibidas.
La ejercitación, la práctica
constante aplicada en consultantes, el comprobar las reacciones y resultados, cotejar
lo aprendido con colegas, ayuda a darle solidez a los conocimientos y fortalece
una sensación de tranquila seguridad en lo que estamos realizando.
Quedarnos aferrados
solamente a la idea de que las técnicas funcionan de “tal modo” y “debe ser así”,
sin poder avanzar sobre nuestras percepciones e intuiciones hará que a la larga
o a la corta nos desalentemos y todo se abandone.
Cualquier cambio lleva un
proceso a transitar. Los tiempos son acordes a todas las partes que hacen al
proceso. Quedarnos con el resultado inmediato es dejar de ver todo lo que se
necesitó para que el resultado ocurriese.
Interactuar con una técnica
nueva como el método de Terapia Reflexo Facial es encontrar la sintonía
perfecta entre nuestra vibración y la del método. Ello implica constancia en la
práctica; una actitud abierta en nuestro modo de pensar; sensibilidad ante
nuestros cambios y los de los consultantes; aceptación de que todo puede
resultar muy diferente a lo que pensamos y, agradecimiento por animarnos a transitar
un camino diferente con la intención de que otro mejore su calidad de vida.
Del mismo modo y con la
misma emoción con la que me despedí aquella mañana de sábado, medio arrastrado
de la mano de la Hna. Juana que del desayuno me llevó a la Clinica en donde me
esperaban todos los terapeutas para “sin besos ni abrazos”, según las órdenes
impartidas, saludarme y despedirse llenándome de gestos de cariño y
bendiciones, para entrar rápidamente al auto que me llevaría al aeropuerto.
Del mismo modo y, antes de
que la memoria reacomode mis recuerdos, doy por terminado estas cinco entregas
de relatos sobre el curso en el Centro de Reflexoterapia de las Hnas.de San Pablo de Chartres en Lima, Perú. (Septiembre/2017)
Pd.
A las coordinadoras y colegas participantes del curso, en el caso de que mis recuerdos
ya tengan alguna variación, les ruego me hagan llegar sus pareceres. El intercambio
nos nutre. Un fuerte y cálido abrazo que dure hasta el próximo encuentro. A todos y cada uno, muchisimas gracias !!!
Ernesto
Reich, Reflexólogo Holístico/Instructor.
Director de la
Escuela Holística Argentina de Terapia Reflexo Facial.
última
de cinco entregas.