Todos tenemos la
inclinación a mostrar nuestro mejor perfil, el mejor atuendo, la sonrisa más
franca. Unas veces para agradar otras para ser aceptado, o por el simple placer
de sentir que mi trato hace sentir bien a otro. Expresar solo lo bonito es un
modo de omitir lo menos bonito, como dice una canción: “si la historia la
cuentan los que ganan eso quiere decir que hay otra historia…”
Durante los treinta años
en los que trabajé como fotógrafo publicitario, dedique unos diez años a la
docencia enseñando desde los lineamientos básicos de la fotografía hasta conceptos
más complejos sobre técnicas de composición e iluminación. Trabaje con
adolescentes y adultos compartiendo todo lo aprendido sumado a mis experiencias
personales. Siempre bajo la misma consigna: “nada se guarda bajo la manga”,
todo es para todos.
Pues la experiencia muestra que hay quienes absorberán
vorazmente la información recibida de forma rápida aplicándolo de igual modo en
sus prácticas. Otros procesan lo recibido más lento, analizando cada dato, cuestionando
y comprobando para así afianzarlo internamente. Sentir de este modo que lo
aprendido les es propio, que corre por sus venas. Hay quienes necesitan más
tiempo aun, ya que enfrentan sus propias sombras, sus limitaciones, el
confrontar el esfuerzo como parte del aprendizaje y que para: “soplar y hacer
botellas” hay que practicar muchas veces sobrellevando la frustración del
error. De descubrir que tragarse el orgullo es un trago mucho menos amargo de
lo que imaginaban.
Cada sistema de trabajo en
la Terapia Reflexo Facial tiene una técnica de masaje. Esto hace al resultado y
al esfuerzo para aprenderlo. El masaje del Sistema Nervioso tal vez lleve la
delantera en esto. Para realizarlo se debe ejercer el más ligero roce sobre la
piel con un movimiento rápido de los dedos y avanzando muy lentamente y,
obviamente, como ambas manos a la vez. Resulta fácil decirlo y lo mismo ocurre
cuando se lo ha practicado varias veces. Al comienzo, cuesta.
Estas modalidades de
trabajo en un curso de varios meses van decantando lentamente; la posibilidad
de corregir errores surgidos de las practicas afianza la técnica. En un curso
intensivo de cinco días es sumar una información nueva y diferente cada día.
Se positivamente que en
los cursos intensivos se perderá información en el camino, que habrá
adaptaciones y reajustes de lo aprendido, tal vez hasta surja un “nuevo método”.
Mi deseo es que al llevarlo a la práctica, al percibir los estímulos que
provocan y las reacciones consecuentes, descubran como realizarlo cada vez más
correctamente e incorporar las propias manos relajadas como parte de la danza
del masaje.
Vivimos poniéndole la cara
a la vida, entonces regalémosle una caricia estimulante que movilice tanto
esfuerzo, que ablande la coraza protectora y posibilite conectarse con el resto
del cuerpo. Este es uno de los motivos por los cuales los masajes están
presentes en esta terapia.
Ernesto
Reich, Reflexólogo Holístico/Instructor.
Director de la
Escuela Holística Argentina de Terapia Reflexo Facial.
Segunda
de cinco entregas.
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